«La guerra sucia contra Jalife, porque temen que Sheinbaun no llegue a la presidencia de México.

DSC02831Por Jorge Santa Cruz (*) | Foto: YouTube

La vida privada de las personas es inviolable. La ética periodística exige respetarla. El Periodismo puede y debe difundir noticias sólo cuando se sustentan en la actividad pública de los protagonistas.

Decimos esto porque detrás de la guerra sucia contra el analista mexicano Alfredo Jalife-Rahme está un clan poderoso: el de los Sheinbaum-Ímaz-Frank Hoeflich que muchos han bautizado en las redes sociales como «La Pandilla de los Imaz».

Para nadie es un secreto que la actual jefa de gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum Pardo, fue esposa de Carlos Ímaz, uno de los agitadores con más poder dentro de la UNAM. La corrupción de Carlos Imaz es legendaria: fue atrapado con donaciones en efectivo del argentino Carlos Ahumada. Cabe señalar que su hermano Eugenio fue Director del CISEN con Osorio Chong y estaba —entre otras linduras—consagrado a espiar día y noche los movimientos de Jalife-Rahme.

El dato es relevante porque Carlos Ahumada Kurtz (involucrado en los sobornos a gente allegada a López Obrador cuando éste ocupaba la jefatura del gobierno capitalino) le pagó a esa pareja un viaje a Europa. ¿A cambio de qué? ¡De que Sheinbaum levantara la clausura a una planta de asfalto propiedad del empresario argentino! (1)

Hoy, Claudia Sheinbaum es jefa de gobierno de la Ciudad de México y Andrés Manuel López Obrador, presidente de la República. Pues bien, ambos son señalados por Ahumada Kurtz de haber tapado de una manera muy burda sus negocios cuando estuvieron en el gobierno del entonces Distrito Federal. Uno de esos «negocios» fue la construcción de los segundos pisos del anillo periférico. (2)

Es sabido, nosotros lo hemos publicado aquí, en Sin Compromisos, que López Obrador tiene la intención de dejar a Sheinbaum en la Presidencia de la República en 2024. (3)

Es válido inferir que la dupla López Obrador-Sheinbaum puede hacer negocios aún más jugosos que el de los segundos pisos, al amparo —eso sí— de un discurso anticorrupción que suena cada vez más falso y hueco.

El cártel inmobiliario fue el gran beneficiado durante la gestión de López Obrador y de Claudia Sheinbaum en el entonces gobierno del Distrito Federal, en particular su presunta socia Elvira Daniel Kabbaz de Grupo Danhos. ¿Qué grupos apuntan para ser los que obtengan ganancias fantásticas con las obras anunciadas por AMLO y por Sheinbaum?

La guerra del sistema contra el doctor Alfredo Jalife-Rahme se explica, pues, por el temor a que las denuncias de corrupción hechas por él puedan descarrilar la imposición de Sheinbaum en la Presidencia de la República, e impedir los jugosos negocios que se pactan en la oscuridad.

Es necesario destacar, además, que la guerra sucia contra Jalife-Rahme tiene implicaciones internacionales que involucran al especulador George Soros y al primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu.

El eslabón Frank Hoeflich

En la actualidad, Ímaz y Sheinbaum no tienen vínculo matrimonial, pero siguen relacionados por medio de Alejandro Frank Hoeflich, uno de los firmantes de la carta dirigida por «intelectuales» y «periodistas» al presidente López Obrador, en la que difaman al investigador mexicano y le piden-exigen que no lo incorpore a su gobierno.

Sheinbaum se vale de Frank Hoeflich —quien maneja el Centro de Ciencias de la Complejidad (C3), de la Facultad de Ciencias de la UNAM— para ejercer presión dentro de la UNAM. Alejandro Frank, a su vez, utiliza a Sheinbaum para favorecer los intereses de Soros y del sionismo en México.

Antes de continuar, es conveniente recordar que Carlos Ímaz y Claudia Sheiunbaum fueron de los agitadores más influyentes del Consejo Estudiantil Universitario (CEU) que paralizó a la UNAM a finales del siglo pasado. En torno a ellos, giraron activistas como Imanol Ordorika y Fernando Belaunzarán, un connotado fósil con fuertes vínculos con el grupo de George Soros a través de Jorge G. Castañeda Gutman y Vicente Fox Quesada, además de las autoridades de Israel.

Pues bien, Alejandro Frank Hoeflich es pareja de Mireya Ímaz, hermana de Carlos. Ordorika, por su parte, está casado con otra mujer de apellido Ímaz. (Imanol Ordorika está vinculado, a su vez, a Adolfo Gilly, guerrillero argentino que ha sido acusado de haber perpetrado varias matanzas en Guatemala, en la década de 1960, acusación que es validada por cubanos cercanos al régimen castrista).

Frank y el cártel nuclear

Resulta paradójico que Alejandro Frank Hoeflich, “cuñado” de Carlos Ímaz —ex esposo de Claudia Sheinbaum— sea de los que acusen a Alfredo Jalife-Rahme de propagar discursos de odio cuando él defendió públicamente al cártel nuclear luego de la tragedia ocurrida en Fukushima, Japón, el 11 marzo de 2011.

En un programa de TV UNAM, subido a YouTube el 30 de marzo de ese año, o sea, 19 días después de la catástrofe, Frank Hoeflich minimizó la responsabilidad de la trasnacional Tepco, encargada de la planta de Fukushima, alegando que el tsunami —provocado por el terremoto previo— fue el que daño el sistema de bombeo de agua encargado de enfriar los tres reactores dañados. (Usted puede ver y escuchar este argumento entre el minuto 3:33 y el 4:44 del citado programa).

Luego, en un artículo que publicó en La Jornada el 16 de abril de 2011, con el título de «El accidente nuclear en Fukushima: una valoración científica», Frank Hoeflich insistió en exculpar a Tepco y al cartel nuclear, con el claro propósito de agradar a… ¡George Soros! Se apoyó en el sofisma de que hasta ese momento no se tenía información de la muerte de una sola persona a causa de la fuga de radiación en esa central japonesa. (4)

Argumentó que el accidente ocurrido en la planta nuclear soviética de Chernobyl, en 1986, fue mucho más grave que el de Fukushima.

«La gran esperanza futura, junto con las energías renovables, es la energía resultante de la fusión nuclear, que es el mecanismo que enciende a nuestro sol y a las estrellas […]», escribió. (5)

Es archisabido que el binomio Frank-Sheibaum favorece las energías renovables. Cabe recordar Sheinbaum fue becaria de la Fundación Rockefeller copropietaria de la trasnacional petrolera  ExxonMobil.

La réplica a Frank Hoeflich no tardó mucho en llegar. Doce días después, el 28 de abril de 2011, La Jornada publicó en su sección de El Correo Ilustrado una carta enviada por seis investigadores y activistas ambientales en la que refutaban la «valoración científica» hecha por el entonces director del Instituto de Ciencias Nucleares de la UNAM.

«No se compadece esta valoración científica —dijeron los firmantes de esa carta— de las decenas de miles de muertes que a lo largo de 25 años ha provocado el accidente de Chernobil (sic) que afectó con muy altos niveles de radiación a 40 por ciento de la superficie de Europa, sin que su población fuera informada. Siempre ha habido mecanismos para no registrar las muertes por radiación nuclear que se producen años después en lugares distantes; para los gobiernos sólo cuentan los muertos del momento en el lugar del accidente». (6)

Frank Hoeflich y el sionismo

No se piense, sin embargo, que Alejandro Frank sólo tiene vínculos con el globalista Soros. No. También está relacionado con el sionismo internacional del primer ministro de Israel, Benjamín Netanyahu.

Las socias ideológicas del actual coordinador del C3 de la UNAM son Olivia Gall Sonabend, Judith Boxer, Sara Sefchovich y Martha Lamas, además de Carlos Martínez Assad (pareja de Sefchovich).

Olivia Gall Sonabend fue la que puso de moda los desplegados en contra de Jalife-Rahme hace casi 20 años, porque quiere que lo saquen de La Jornada y fue cofirmante de una carta con Frank que, como la de ahora, tuvo un efecto contraproducente.

Los contactos del grupo Sheinbaum-Ímaz-Frank Hoeflich con el sionismo explican por qué hasta el Museo Memoria y Tolerancia se sumó a la guerra sucia contra Jalife-Rahme. (Cosa  curiosa: este museo no tiene una sola imagen de las matanzas perpetradas por las fuerzas armadas del sionismo contra la población palestina. Los genocidios de Sabra y Chatila no figuran ni por error en sus exposiciones). La directora de tal Museo —que ha sido bautizado en las redes como «Museo de la (In)tolerancia (sic)»,es dirigido por Sharon Zaga Moghrabi  junto con Emily Cohen Cohen.

Conclusión

Al inicio, decíamos que detrás de la guerra sucia contra el analista mexicano Alfredo Jalife-Rahme está un clan interno poderoso: el de los Sheinbaum-Ímaz-Frank Hoeflich.

Empero, dos poderosas fuerzas mundiales (el sionismo y el globalismo) han lanzado también a todas sus infanterías contra él porque desean desacreditarlo, debido a que exhibe la perversidad de sus planes geopolíticos.

En cuanto a México, ni el sionismo ni el globalismo quieren perder las grandes oportunidades de negocios y de control político que les supondría un régimen de doce años, encabezado primero por López Obrador y, luego, por Sheinbaun Pardo. (Una de esas «oportunidades de negocios» la constituyen la energía nuclear y las energías limpias que tanto promueve Frank Hoeflich).

¿Imagina usted todo lo que se puede negociar? La probabilidad es tan alta que minimiza  el tema de los segundos pisos del periférico de la Ciudad de México.

Referencias electrónicas

  1. Carlos Ahumada. «Derecho de réplica». (México: Grijalbo. 2009), 97-98. Versión en PDF recuperado el 5 de mayo de 2019. http://www.alcione.org/Carlos-Ahumada-Derecho-de-replica.pdf
  2. Ibid., 98.
  3. Jorge Santa Cruz. «Sucesión adelantada: AMLO se reelegirá a través de Sheinbaum». Sin Compromisos. Recuperado el 5 de mayo de 2019. https://periodismosincompromisos.wordpress.com/2019/04/13/sucesion-adelantada-amlo-se-reelegira-a-traves-de-sheinbaum/
  4. Alejandro Frank Hoeflich. “El accidente nuclear en Fukushima: una valoración científica”. La Jornada. Recuperado el 5 de mayo de 2019. https://www.jornada.com.mx/2011/04/16/opinion/018a2pol#
  5. Ibid.
  6. El Correo Ilustrado. «Disienten de artículo». La Jornada. Recuperado el 5 de mayo de 2019. https://www.jornada.com.mx/2011/04/28/correo#

(*) jlsc.ua@gmail.com